Palomas y monumentos


ALEGORÍA

Ellas vuelan libremente,
suben, bajan, graciosamente se posan

en árboles, edificios y monumentos.

Atractivo de plazas y parques,
la desidia les dio ciudadanía.
Fachadas y monumentos
son sus víctimas inocentes.

Nos engañan con su docilidad,
inmóviles y apáticos monumentos
aceptan silenciosos su boñiga.

Inconscientes, ilusas, soñadoras,
defecan sin ton ni son,
inimputables por naturaleza.

Cuenta la raza humana
con ejemplares parecidos.
Simpáticos, sonrientes, manipuladores.
Lobos disfrazados de cordero.

Guarda con el que tenés al lado,
desconfiá de su amabilidad
e ingenuidad por querer saberlo todo.
Están en todas partes,
colegios, oficinas y fábricas.
Ladinos, farsantes y codiciosos,
camuflados tras fingida angelical sonrisa.

Calculador, trepar es su idea fija.
No sube escalones, los salta.
Se desinteresa en las cabezas que pisa
afanoso por llegar a la cima.

Bazofia humana, consciente de sus actos,
no invoca méritos, los birla al vecino.
Consecuente, bufón y alcahuete
del mandamás de turno.

Sus víctimas, monumentos al fin,
pagan caro su ingenuidad.
Tarde se dan cuenta y
ya no hay remedio.

No todo estará perdido
si oís la voz que resuena:
"Monumentos:
despertaos, abrid los ojos,
intuid a la paloma, actuad,
anticípense,
impedid que su suciedad os dañe"


Gentileza de:Fotos sin porque

Gorrión de Buenos Aires

SIN NIDO

En noches lluviosas de verano cualquier alero te da amparo. Desamparo total te da el invierno. Noches heladas sin abrigo. Estás ahí, aterido y famélico, vas donde el viento quiere, no tienes nido y el árbol te ofrece su resguardo. 

Pero hoy él está desnudo, y la maraña de ramas no son suficiente cobijo. Vuela a otro destino. El viento polar ha llegado, en algunos lugares nieva. Yo, cómodo en casa y protegido no dejo de pensar en vos. 

Siempre en clima extremo , tormentas, lluvias y heladas, tú vuelves a mi mente y juntos estamos en la pena. Infortunado gorrión de Buenos Aires, desamparado y a la intemperie, siento tu dolor, tu hambre, tu frío, me angustia y duele tu calvario.

Gentileza de: Fotos sin porque

Vamos de vacaciones



En el campo, la ciudad, las sierra ó el mar hay que disfrutar de las vacaciones.
En mi caso voy al mar.

Vacaciones significa liberarse de la rutina, gozar del tiempo sin tiempo, de la paz, de los sueños, de los afectos y mucho más.
Son el aire fresco que necesitamos para reponernos y poder afrontar  los problemas, las frustraciones y los enojos de la vida que continua después.

Valoremos el viaje, la estadía, los días de sol, lluvia, mucho calor ó del   poco calor, y del frío en su caso,  disfrutemos del regreso.

Las vacaciones son la sonrisa dibujada permanentemente en los rostros , la alegría en los bronceados cuerpos, en los kilos de más que acopiamos, en el desenfado del vestir y del andar, en los pibes corriendo a toda hora y la complaciente mirada de los padres.

Si alguien se queja, pues  allá él, la alegría es bien venida siempre. 

   

Nuestro último café

No hay olvido

Nuestra última cita, solo para charlar,
nada más? y después qué?
la excusa un café, para no adormilar,
el lugar era frío, nada acogedor,
como presintiendo el final.

Te sentaste frente a mí, no a mi lado,
tu boca. . .
esa boca que mil veces he besado,
balbuceó unas palabras,
yo absorto te miraba y no entendía.
El negro azabache de tu pelo,
resaltando tus bellos ojos,
imperceptible tu mentón se estremecía,
y tu cutis sonrojado no por amor abrasado,
sino por desconocida pesadumbre,
debieron prevenirme.

La luz y los sonidos se eclipsaron
esfumáronse las imágenes,
una sigilosa azafata dejó humeantes cafés,
y no lo notamos.

Te miraba sin ver, te escuchaba sin oír.
Mientras un vacío enorme se adueñaba de mí,
frío y calor juntos aceleraban mi corazón
quise tocarte, abrazarte, no pude, te deje ir.

Te fuiste, así de repente y quedé solo,
sin reacción, ahogado en mi congoja,
hueco por dentro y mi amor destrozado.

Recorrió mi espalda un frío sudor,
rostro y pecho empapáronse,
tomé el pañuelo y me seque los ojos,
ciclópeo, observándome detrás del ventanal,
lívido y avergonzado bajé la vista.

De pronto, a través del cristal
un haz de luz se coló y alumbró la mesa;
el gigante me sonreía,
sosegó mi espíritu y encauzó mi corazón.
Fue un soplo de vida que se adentro en mí,
volvió la sangre a fluir liberando mis músculos,
se relajó mi alma, sentí alivio y sonreí.

En se momento supe que, a pesar de todo ,
un gran dolor y una gran herida,
perduraran remotamente cicatrizados
en la conciencia muy lejos del corazón.
Gentileza de:

La Verdadera Felicidad

 Buenos Aires, Argentina, 20 de junio de 2021.  Hoy aquí se yuxtaponen dos fechas: La primera es el Día de La Bandera, Nuestra Bandera, esa ...