Cada día el tiempo pasa más rápido.
Todo es una vorágine, un sentir que todo pasó ayer y sin embargo ha sido mucho tiempo atrás. Me estoy acercando a los 71 y el tren marcha más rápido cada día.
Los cambio que se dan son muy veloces y me encuentro que todo lo que sabia hoy es obsoleto.
Desde las máquinas, herramientas e ideas, formas de ser, de estar o pertenecer han sido trocadas por otras en constante mutación.
Me ha tocado vivir los cambios en un corto tiempo de la humanidad, pero que representan un período de tiempo en algunos casos de una vida toda.
No me he dado cuenta en que invertí mi tiempo los últimos años, no he tenido tiempo de detenerme a pensar, siempre fue seguir en movimiento tras alguna cosa que fuera el objetivo en ese momento.
Es difícil situarse , reconocer y reconocerse en este torbellino, que cual tornado levanta, mezcla y arroja por el aire todos los conceptos que teníamos instalados.
Peor es la situación cuando este maremágnum de cosas choca con las otras que fueron apareciendo como resultado de la constante evolución motorizada por las nuevas tecnologías. Esto nos descoloca, nos deja fuera de contexto a todos los de mi época.
Todo cambió. Es difícil aceptar algunas modificaciones en los hábitos y costumbre de la actualidad.
Me rehúso a aceptar así nomas que se halla perdido el respeto por algunos iconos como ser los mayores, los maestros, y los padres.
El pensar que todo vale en aras de una libertad mal entendida.
No me gusta el cambio que la "liberación" trajo en la mujer. No es un juicio de valor sino de mi gusto personal.
Me hubiera gustado que ésta mantuviera sus rasgos originales de femineidad y que sí ejerciera esa libertad que le corresponde como ser humano y la pudiera disfrutar sin caer en hechos que la muestran como un objeto, cosa y la alejan de lo que creo que todas desean y merecen ser.
Parte de mí esta influenciada por mi odio al cigarrillo. Nunca supe por que desde niño le tuve aversión.
De grande un día lo asocié al hecho de que por culpa del cigarrillo me quedé sin padre a menos de los dos años de vida.
Esa maldita e insignificante cosa me privó del disfrutar de mi padre.
En esa época no se asociaba al cigarrillo con el cáncer de pulmón, ni con cualquier tipo de cáncer.
Me cuesta digerir hoy cuando veo pasar fumando a mujeres por la calle como si nada.
La mayoría son mujeres mayores, grandes diría, que debieran saber lo que es hoy de dominio público.
Me molesta que la liberación por la que las mujeres lucharan se use para desinhibirlas para fumar en público, en cualquier lugar y cualquier hora del día .
Ojo que también me molesta que el hombre fume y tampoco lo acepto.
El valor de la palabra se perdió hace mucho, por eso se creó el pagaré (qué antiguo ,no?) pero vemos que no sorprende y se toma como algo "natural" el decir cambiar rápida y en forma casi constante de opiniones.
Esto se da mucho en el ámbito de la política.
Quizás se deba al desmembramiento de los partidos políticos tradicionales que fueron dando lugar a otras facciones personalistas hasta llegar a la debacle política reinante.
¿Cuáles fueron los cambios que presencié?.
Me crie en un mundo en el que reinaba la radio, el cine, las carreras de autos por las rutas muchas por no decir casi todas de tierra (Turismo de carretera), la pelota de fútbol de cuero y de tiento.
El cine eran en pantalla chica, películas en blanco y negro y sonoras.
La radio que teníamos era eléctrica ý de un tamaño no portable.
La radio novelas acaparaban la atención de todos. Yo era habitué a las obras de teatro y las películas que se daban en la radio los sábados.
Recuerdo que en la cancha de fútbol se vendía el Alumni una revista que traía los códigos claves para leer las noticias en el tablero ubicado en la cancha.
Se informaba al instante de las situaciones importantes de los otros partidos por ej: penales y goles.
En la escuela era imprescindible la lapicera de pluma para escribir mojándola en el tintero del pupitre con la tinta provista por la escuela.
Imprescindible el papel secante para secar la tinta y evitar borrones.
Respetábamos a la directora y a las maestras y maestros.
En los días patrios los actos conmemorativos se hacían el mismo día y era obligatorio asistir.
Nos reuníamos en la plaza del pueblo donde nos esperaban los vecinos y las autoridades: El cura, el Juez de Paz, el Comisario, el Presidente de la Comuna, etc.
Recuerdo que al terminar el acto se nos entregaba a todos los alumnos una factura que devorábamos con placer.
La máquina de escribir era una herramienta muy prestigiosa y quizás la única para esa tarea.
No existía la calculadora. Teníamos máquinas de sumar manuales y después eléctricas.
No se había inventado la Birome.
Se escribía en los cuadernos primero con lápiz de grafito y después con tinta.
Los cambio se dieron en forma continúa y su movimiento se fue acelerando continuamente.
Creo que el motor que lo impulsó fue a aparición de la calculadora.
Facilitó los cálculos y motorizó la velocidad del cambio.
En esa época creíamos que para convivir era necesario el casamiento, y sería para toda la vida.
Después se invirtió el orden y se llega que primero se convive y después el casamiento. Este último paso no es obligatorio ni definitivo.
El cambio nos llevan hacia adelante, sólo debemos tomar lo bueno y desechar lo malo que ha veces viene con él.
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